Asumir la imperfección era la solución

Cada día más humana, menos perfecta... y ¡más feliz!

Si alguien nos hubiese enseñado desde pequeños que tenemos permisos de sobra para ser imperfectos, para cometer errores, y aprender de las fallas... para tropezarnos las veces necesarias y levantarnos... ¡cuántas emociones angustiantes, impotencias, vergüenzas, y enojos nos hubiéramos ahorrado!

Detrás de muchos traumas y conflictos emocionales que llegan al consultorio del psicólogo y se acuestan en el diván vemos que la mayoría tienen "la sed por la perfección" como una constante de fondo en sus vidas... presionando, reclamando, criticando, y agobiando a la persona que lo sufre.

Ya de mayores... luego de darnos contra muchas paredes y patinando en muchas realidades que creíamos que podríamos manejar con firmeza y sin problemas, descubrimos que no eramos tan perfectos como creíamos... y que fallar es un modo normal de vivir... que la idea es evitar futuros errores aprendiendo de los anteriores, los del pasado.

Dejar de autoexigirnos perfección es uno de los mejores regalos que nos podemos brindar a nosotros mismos.

¡Asumámoslo! no existe el ser humano perfecto que jamás se equivoca.

Y cuando llegue el tiempo de cometer fallas recordemos la ley de la vida que tiene su infaltable lógica: si aprendes que contra esa piedra siempre te caerás... esquívala... aprende de tus tropiezos anteriores... asume que hay rocas en tu camino que son difíciles de mover... pero que tu puedes evitar chocar de nuevo contra ellas con solo recordar todo lo que sufriste por los impactos anteriores.

Después de todo (¡quién lo diría!) es un gran alivio sabernos limitados e imperfectos.

Ps. Patricia Cabrera Sena
SuConsulta.com - 24 años ofreciendo tratamientos de apoyo psicológico en línea en sesiones de una hora y media por chat escrito. Agradecemos a quienes copien nuestros textos que respeten la autoría y citen la fuente.