CUANDO EL HOMBRE ESCONDE AL NIÑO...

"El paciente llegó, se sentó y me dijo: "¡Yo no necesito a nadie!... Yo estoy bien solo, con mis pocos amigos y mi pareja... yo he solucionado mi vida solo, por mis medios... ¡sin la ayuda de nadie! no le debo favores a nadie... ¡ni siquiera a mis padres!... yo he remado desde pequeño contra fuertes corrientes, he enfrentando infinitos desafíos, y he salido entero y más fuerte... ¡estoy orgulloso de mi!"
Pero estaba en terapia.
Y apenas le hice unas pocas preguntas, el fuerte hombre, arrasador, orgulloso, potente, desafiante... se derrumbó y se volvió un niño necesitando mimos, atención, comprensión, y contención.
Es un mecanismo defensivo convencernos que podemos con todo... y que no dependemos de nadie (en especial afectivamente).
El psiquismo se resiste a aceptar sus debilidades, porque teme derrumbarse.
Pero no temas.
Hay espacios donde puedes rescatar a tu niño necesitado y por fin brindarle lo que tanto necesitó y jamás recibió.
Sólo tienes que reconocer que lo tienes aún dentro. Esperando por ti.
Principalmente por ti.
Porque los que fallaron ya no podrán reparar los errores cometidos... y porque a veces la mejor mano que nos puede sostener es la nuestra... porque no hay nadie mejor que nosotros para conocer la profundidad de los dolores antiguos.
No dudes en ir al rescate de tu niño interior.
Te necesita... y tu felicidad depende de él... de que lo puedas ver... reconocer... y por fin, atenderlo en sus demandas primarias, y por fin sanar sus viejas heridas..."

Ps. Patricia Cabrera Sena
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